Manolita Luque Albalá
(Madrid, 1898-¿?)
Esta dirigente republicana y feminista fue la mujer con mayor presencia en la vida política de Alicante durante la Segunda República. Partidaria del voto femenino, impulsó diversas iniciativas políticas durante la etapa republicana y la Guerra Civil. Al finalizar la contienda, tuvo que marchar al exilio.
Perteneciente a una familia de tradición republicana, estudió en la escuela Normal de Maestras de Ciudad Real y aprobó los exámenes de maestra de primera enseñanza en 1916 con buenas calificaciones (Archivo Universidad Castilla-La Mancha).
En los años treinta, escribía en los periódicos republicanos alicantinos y era colaboradora de alguno de ellos, como el Diario de Alicante. Tras militar en el Partido Radical, fue presidenta de la Unión Republicana Femenina alicantina, organización fundada en Madrid por Clara Campoamor para involucrar a las mujeres en la política republicana, y apareció fotografiada como tal en la revista ilustrada de tirada nacional Ahora, en octubre de 1933. En las elecciones de 1933, las primeras en que las españolas pudieron ejercer el derecho al sufragio, la URF de Alicante pidió el voto de las mujeres para las candidaturas republicanas de izquierda (Hoy, 15-XI-1933). Ante la victoria de las listas conservadoras, Manolita Luque negó la responsabilidad de las mujeres en la derrota de la izquierda, que explicó con acierto por la desunión de los partidos republicanos (Hoy, 22-XI-1933). La URF continuó su labor y en mayo de 1934 inauguró su local en Alicante. En una entrevista en primera página en El Luchador (15-V-1934), Luque afirmaba: “Queremos poner a la mujer no solamente en condiciones de votar, sino también de intervenir activamente en la política”, y aseguraba que estaban dispuestas a formar parte de candidaturas republicanas de izquierdas. En esas mismas fechas participó en los actos políticos que protagonizó en Alicante Victoria Kent, invitada por la Unión Republicana Femenina. En un mitin en Jijona, junto con la diputada y con Francisca Ferrándiz, alentó a las mujeres a luchar por la República (El Luchador, 29-V-1934). En septiembre de 1934, hizo un llamamiento en la prensa a las mujeres españolas en el mismo sentido, para que la República volviera al verdadero camino de la democracia (El Luchador, 5-IX-34).
Junto a estas actividades, Manolita Luque se puso al frente de iniciativas que se ajustaban a los valores asignados en la época a las mujeres, como la compasión y el cuidado, pero que adquirieron una clara lectura política. Participó en la campaña en demanda de clemencia ante las condenas a muerte por la revolución de octubre de 1934, en las que intervinieron las agrupaciones femeninas alicantinas de IR, UR, PSOE y Socorro de la República (El Luchador, 17 y 22-X-1934). Luque dirigió la organización Pro-Infancia Obrera, que coordinó la acogida de niños y niñas de Asturias por parte de familias alicantinas después de la represión desencadenada por los sucesos de octubre de 1934 (Diario de Alicante, 2 y 4-IV-1935, El Luchador, 3 y18-IV-1935 y 15-VI-1935).
En la campaña electoral de 1936 intentó formar parte de la candidatura alicantina del Frente Popular por Izquierda Republicana, de la que era militante. Su decisión recibió el apoyo de otras mujeres, pero provocó el escándalo de sus compañeros de partido y comentarios críticos con “esta mujer que por histerismo se ha metido en los menesteres de la política” y “quiso salir de las labores culinarias para entrar en la dirección política de la provincia de Alicante” (Diario de Alicante, 26-I-1936). No obstante, intervino como oradora en varios mítines por el Frente Popular, en La Algueña, Pinoso, Confrides y Benimantell. Presidió además un mitin electoral en Alicante convocado por Izquierda Republicana Femenina, que Luque dirigía, acto en el que tomó la palabra, entre otros, el socialista Rodolfo Llopis.
Durante la Guerra Civil, Izquierda Republicana Femenina, con Luque en la dirección y con Nieves Millán Samper como secretaria, fue muy activa en la retaguardia, recogiendo numerosos donativos para el frente y montando un hospital de convalecientes en octubre de 1936. Además, IRF organizó clases de cultura general y perfeccionamiento de escritura para sus afiliadas (Nuestra Bandera, 9-XI-1937) y se ofreció a la Unión de Muchachas a colaborar “en bien de la causa y triunfo de nuestra querida República” (CDMH, P.S. Alicante, c.111/15). En el mismo sentido, Manolita Luque fue presidenta del Comité Provincial de la Cruz Roja y se formó como enfermera. Aunque no tenemos más información al respecto, aparece en un listado de afiliados al Sindicato de Sanidad e Higiene de la CNT de Alicante (CDMH, P.S. Alicante, 3/2).
Esta intensa actividad política la obligó a emprender el exilio y a separarse de su familia. Salió de Alicante el 12 de marzo de 1939 en el buque Ronwyn y vivió en Argel durante dos años y medio. El Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Valencia la condenó en abril de 1941 a una multa de 75.000 pesetas e inhabilitación durante ocho años. En Alicante, su esposo José Gutiérrez Gafo fue encarcelado y procesado por responsabilidad en la rebelión, pero pronto fue absuelto. Su casa fue clausurada y todos los muebles y efectos de la misma requisados. Sus tres hijos, Victorina, que también había pertenecido a Izquierda Republicana Femenina, José y Antonio Gutiérrez Luque, permanecieron en España unos años. En 1948 Antonio solicitó el indulto de la multa. Como parte de los trámites para resolver la petición, un informe de octubre de 1952 del Gobernador Civil de Alicante sobre Manolita Luque revela la doble condena política y moral a que fueron sometidas las mujeres que habían tenido alguna actividad política, al asegurar que “además del destacadísimo historial político izquierdista de dicha señora, su conducta moral también es pésima, ya que vivió continuamente amancebada con destacados elementos rojos de esta capital”. El indulto definitivo no llegó hasta diciembre de 1959 y en 1962 se ordenó archivar su expediente (CDMH, Expediente de la Comisión Liquidadora de Responsabilidades Políticas, 75/00089).
En octubre de 1941, Luque embarcó en Casablanca a bordo del vapor Quanza, que llegó al puerto mexicano de Veracruz el 18 de noviembre. Vivió en distintas ciudades de México, país donde se casó de nuevo y desde donde intentó ayudar a sus hijos a rehacer sus vidas (AGA, AMAE. Fondo de la JARE, (10)128.000 caja 12/02803 exp. 33; CDMH, Fondo Carlos Esplá, Correspondencia, caja C0060). A partir de 1958 no tenemos más noticias de ella.
Bibliografía:
- Adriana Cases Sola, “Mujeres y movilización en Alicante, 1923-1939”, II Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Contemporánea de la AHC, Granada, septiembre de 2009 (comunicacionesencuentro.googlepages.com/CASESSOLAA_MujeresymovilizaciF3nenAl.pdf).
- Silvia Ramírez Pacheco Pacheco: “Las organizaciones de mujeres durante la guerra civil en Alicante (1936-1939)”, en Instituto de Cultura Juan Gil-Albert: Ayudas a la investigación, 1986-1987, vol. V, Alicante, 1992, pp. 111-123.
- Juan Martínez Leal, “La guerra civil en la ciudad de Alicante”, en Armando Alberola y Ramiro Muñoz (dirs.), Una historia con luces y sombras, Universidad de Alicante, Alicante, 2004, pp. 135-168.
- Mónica Moreno Seco, “Manolita Luque Albalá. Ciudadana, republicana y feminista”, en Helena Establier Pérez y Mónica Moreno Seco (eds.), Modernas, luchadoras y pioneras. Mujeres alicantinas de la Edad de Plata, Universidad de Alicante, Alicante, 2021, pp. 285-325.