PASCUAL DEVESA, Ángel
(Finestrat 1888-Alicante, 1950)
En la ciudad de Alicante, durante los años de la II República, predominaba en la política local un grupo de ciudadanos pertenecientes a una pequeña burguesía progresista, afiliados a partidos republicanos, miembros en muchos casos de la masonería, que se implicaron con entusiasmo en la labor modernizadora del nuevo régimen y abordaron una serie de cambios y mejoras urbanísticas –el desmonte de la Montañeta, la urbanización de la playa de San Juan-, así como la solución del problema de la enseñanza en la localidad y participaron activamente en la vida cultural y en las fiestas de la ciudad. Eran, entre otros muchos, Lorenzo Carbonell, Franklin Albricias, Antonio Pérez Torreblanca, Eliseo Gómez Serrano, Jerónimo Gomáriz, Juan Estruch, Álvaro y Fermín Botella, Antonio Eulogio, Agustín Mora, etc. El triunfo del franquismo en la guerra civil dispersó a este grupo y destruyó esa labor iniciada el 14 de abril de 1931.
A esa burguesía progresista pertenecía Ángel Pascual Devesa, que nació en Finestrat el 12 de febrero de 1888. Su padre era farmacéutico y se instaló en Alicante, donde residió Ángel desde su infancia. Tuvo tres hermanos, Anita, Josefina –farmacéutica- y Andrés; éste último, médico como Ángel y también afiliado a IR y miembro de la masonería, murió el 25 de mayo de 1938, a los 44 años de edad, en el conocido como “bombardeo del mercado”, que le sorprendió en su domicilio, en la calle San Francisco, donde estaba instalada la Farmacia de su padre y en la que trabajaron Josefina y Anita. Casado con Vicenta Megías, Ángel Pascual tuvo cinco hijos, de los que llegaron a la edad adulta solo cuatro, Vicente, Ángel y Tomás, médicos también todos ellos, y Josefina. Tomás casó con Emma Gómez Martínez, hija de Eliseo Gómez Serrano, uno de los íntimos amigos y correligionario de Ángel Pascual.
Ángel cursó la enseñanza primaria en el colegio “La Educación” y el bachillerato en Alicante y se licenció en Medicina en Valencia, a los 21 años de edad. Trabajó como médico en Alzira, entre 1909 y 1911, colaborando en el periódico local Patria Chica. Ya en Alicante, opositó en 1917 a la Beneficencia Municipal y se especializó en puericultura, siendo también médico de la RENFE, de la Sociedad Gas de Alicante y del Reformatorio de Adultos. En 1924 fue a París para hacer un cursillo de Pediatría dado por el doctor Marfán. En 1917 fue secretario del Colegio de Médicos y entre 1932 y 1935 Decano, colaborando en las sesiones científicas de la Sociedad Médico-Quirúrgica.
En 1930 era vicepresidente primero del Ateneo de Alicante, lugar de encuentro de las personas de clara filiación progresista y republicana, que desarrolló su actividad durante la Dictadura de Primo de Rivera y la II República en paz, y que al estallar la guerra civil, trasladó sus instalaciones a la mansión de los Marqueses del Bosch, en la calle de Villavieja, siendo entonces dirigidas sus actividades, mucho más comprometidas, por la Alianza de Intelectuales Antifascistas, que desarrolló el programa cultural “Altavoz del Frente”, para movilizar a la retaguardia en la defensa de la República. Entre los animadores del Ateneo estuvieron José Guardiola Ortiz, Franklin Albricias, Álvaro Botella, Óscar Esplá, Eduardo Irles, Juan Vidal Ramos, Francisco Figueras Pacheco, Julio y Germán Bernácer, José Juan Pérez, Rodríguez Albert, Juan Guerrero Ruiz, Ángel y Josefina Pascual Devesa, Eliseo Gómez Serrano, Miguel López González, José Ramón Clemente, Antonio Blanca, Rafael Millá, todos ellos destacados personajes de la vida cultural, social y política alicantina en los años treinta.
Muchos de estos intelectuales dieron conferencias en el Ateneo sobre temas de su especialidad y así se trataron en su sede cuestiones de gran actualidad en esos momentos: la teoría de la relatividad, la eutanasia y la eugenesia, la teosofía, el feminismo y el divorcio, la educación sexual, la influencia del ambiente sobre el delincuente, etc. Además, el Ateneo organizó homenajes diversos y ciclos dedicados a Beethoven, Jacinto Benavente, los hermanos Quintero, Gabriel Miró, Óscar Esplá, Goya, etc. Asimismo, pasaban por el Ateneo cuantos intelectuales de reconocido prestigio visitaban, por unas u otras razones, Alicante: la actriz Margarita Xirgu, Miguel de Unamuno, Rafael Alberti y Mª Teresa de León, Miguel Hernández y Ramón Sijé, Margarita Nelken, Luis Jiménez de Asua, Carmen Conde, Augusto Barcia, Mariano Ruiz Funes, Hildegart Rodríguez, el dirigente republicano Marcelino Domingo y el socialista Rodolfo Llopis. También colaboraron constantemente con el Ateneo Rafael Altamira y Óscar Esplá que, junto a Gabriel Miró, eran los alicantinos más destacados en el terreno cultural.
Además, el Ateneo contaba con una sala de exposiciones, donde Emilio Varela fue desarrollando toda su trayectoria pictórica. Junto a él expusieron en el Ateneo pintores y escultores ya reconocidos, como Lorenzo Aguirre, Heliodoro Guillén, Adelardo Parrilla o Fernando Cabrera, junto a quienes entonces comenzaban a despuntar en el ambiente artístico alicantino: Gastón Castelló, Manuel Baeza, González Santana, Adrián Carrillo, Melchor Aracil, José Pérezgil y el fotógrafo Ángel Custodio, La actividad musical era también muy destacada y por el Ateneo pasaron los pianistas Rodríguez Albert, Rafael Casasempere y Gonzalo Soriano, el violinista Telmo Vela, Joaquín Rodrigo o Agapito Marazuela. Precisamente desde el Ateneo surgió, en 1927, la Orquesta de Cámara de Alicante que dirigía José Juan Pérez y que debutó al año siguiente en el Teatro Principal. Asimismo se gestó allí el primer cine-club, impulsado por Antonia Blanca y José Ramón Clemente, que dedicó sesiones a Charles Chaplin y W.G. Pabst.
Ángel Pascual estaba muy ligado al mundo de les Fogueres, a cuya gestora perteneció en los años de la República y presidió en 1936: colaboró en muchos “llibrets”, actuó como mantenedor en la elección de la Bellea del Foc y participó en otras numerosas actividades de la fiesta alicantina. Escribió poesía y estrenó algunas obras de teatro, y fue asiduo colaborador de varios periódicos alicantinos: Letras Levantinas, El Luchador, El Tío Cuc, Lucentum y Diario de Alicante, que contribuyó a adquirir en 1930.
Fundador en Alicante de Acción Republicana, en 1930 fue elegido vicepresidente de la Junta provincial de Alianza Republicana y se incorporó en octubre a la Junta Nacional de dicha organización. En marzo de 1931 fue nombrado presidente de Alianza Republicana en Alicante. Propuesto como candidato de Acción Republicana en las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931, no resultó elegido. Se incorporó después a Izquierda Republicana, de la que fue presidente de la Junta municipal de Alicante. En 1936 fue el candidato que obtuvo mas votos para compromisario en la elección del presidente de la República.
Fue miembro de la Logia “Numancia”, con el nombre simbólico de Asclepiades, y Presidente de la Agrupación Regionalista Alicantina que se constituyó en 1933 como una para “entidad de carácter apolítico, que ha de encaminar sus actividades a la exaltación del País Valenciano” y cuyo objetivo era «la reivindicación del regionalismo, que, por serlo, ya es eminentemente español«. Esta asociación se impulsó desde el semanario El Tío Cuc y en su directiva figuraban también otros miembros de la burguesía alicantina, republicanos y masones en muchos casos.
Ángel Pascual fue detenido a los tres días de terminar la guerra y encarcelado en el Reformatorio de Adultos, donde trabajaba anteriormente, y donde continuó desarrollando su labor, atendiendo a muchos reclusos, entre ellos a Miguel Hernández. Inmediatamente, Falange se incautó de su clínica y un falangista se apropió de su piso, donde funcionó durante un tiempo el Tribunal de Responsabilidades Políticas, uno de cuyos dirigentes –según testimonio de Vicenta Megías, esposa de Ángel Pascual- se llevó de ese domicilio varios enseres. Después, se estableció en ese piso el Tribunal Tutelar de Menores. El presidente del Tribunal de Responsabilidades Políticas desoyó la petición de la esposa de Ángel Pascual para que le permitiese retirar de su domicilio algunos libros de Medicina que necesitaba un hijo suyo para sus estudios.
Mientras tanto, un Consejo de guerra celebrado en Alicante el 22-XI-1939 le condenaba a 12 años y 1 día de reclusión menor por auxilio a la rebelión: según la sentencia, pertenecía a la masonería desde 1924 y a diversos partidos republicanos, siendo presidente de la Junta local de IR en 1936, fue testigo de descargo en el juicio contra García Aldave y otros militares, y solicitó, como presidente de IR, ayuda económica para su partido. En su defensa Ángel Pascual elaboró una larga relación de personas a las que había ayudado durante la guerra, desde su cargo de presidente de la Junta Municipal de IR, lo cual era reconocido en la propia sentencia, así como el hecho de que, en sus artículos publicados en El Luchador criticaba la situación en la retaguardia y pedía la máxima autoridad para el gobierno. Sin embargo, se advertía que la protección a personas de derechas se debía, precisamente, al cargo que desempeñaba.
Salió del Reformatorio de Alicante, en prisión atenuada, el 7-XI-1940. Fue desterrado a Valencia, desde donde envió alguna colaboración, con pseudónimo, a Radio Londres. Vivió durante algún tiempo en la Nucía, con su familia. Fue depurado en el Ayuntamiento alicantino y separado de su puesto de médico municipal “por apoyar a los gobiernos marxistas y masones”. Se le aplicó también la Ley de Responsabilidades Políticas. Y el Colegio de Médicos le inhabilitó para ejercer su profesión durante varios años.
El Tribunal especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo le condenó a 12 años de reclusión menor: se le acusaba de haber pertenecido a la Logia Numancia, desde enero de 1924, con el nombre simbólico de “Asclepiades”, desempeñando el cargo de orador adjunto.
Fue detenido de nuevo en marzo de 1947 bajo la acusación de intentar recomponer Izquierda Republicana en Alicante, y condenado, una vez más, por el delito de rebelión, a la pena de un año y seis meses de reclusión, en un Consejo de guerra celebrado el 12-III-1948. Estuvo encarcelado en Chinchilla, Alcalá de Henares, Ocaña y Yeserías. En su informe al Gobierno Civil, la policía recordaba la constante vigilancia que se ejercía sobre “este individuo”, que hacía frecuentes viajes a Madrid que se creía estaban en relación con su condena por el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo, pero que en realidad le daba la oportunidad de ponerse en contacto con una organización clandestina existente en esa ciudad, “Alianza Republicana”, que fue descubierta y en consecuencia, Ángel Pascual detenido en Alicante, junto a Rafael Pagán Navarro. Desde mayo de 1947 y “en reiteradas ocasiones”, se ordenó su traslado desde el Reformatorio de Alicante a la Dirección general de Seguridad, a disposición del Tribunal de represión de la Masonería y el Comunismo, pero el traslado no se efectuó por encontrarse ya enfermo. Finalmente, el 26 de junio de 1948, y en atención a la gravedad de su enfermedad, la Dirección General de Prisiones autorizó su puesta en libertad condicional en la cárcel de Yeserías. Meses después, en junio de 1950, moría en Alicante, en su finca “Villa Vicenta”, a los sesenta y dos años.
Francisco Moreno Sáez